Poema
Peso e Pan!
Los doscientos pesos, hojas olvidadas,
un susurro arrugado en el bolsillo vasto,
incapaces de la costra digna del pan,
del milagro cotidiano en la mesa humilde.
Doscientos fantasmas que antaño prometían,
hoy tiemblan ante el desdén del panadero,
un lamento de papel frente al hambre,
un grito sordo en esta tierra de trigo.
Pero entonces, la motosierra despierta,
bestia metálica en el galpón polvoriento,
sus dientes anhelando el abrazo áspero del leño,
un temblor de potencia en su corazón aceitoso.
Ella no comprende el hambre de las ciudades,
la batalla silente por un mendrugo de vida,
su canto es de destrucción y de creación,
una danza furiosa contra los árboles antiguos.
Quizás en su canto agudo y brutal,
haya una metáfora para esta tierra rota,
donde el valor del sustento ha huido,
y los instrumentos del cambio yacen dormidos.
Los dientes que debieran rasgar la injusticia,
permanecen quietos, aguardando la mano que los guía,
mientras el peso llora, pétalo inútil,
y el aroma del pan se vuelve un sueño lejano.
Oh, Argentina, tierra de pan y de lamento,
donde el papel moneda pierde su valía,
y la motosierra espera, gigante dormido,
el día en que su rugido reforme el destino.
Que los pesos olvidados hallen su sentido,
que las mesas se llenen de hogazas doradas,
y la motosierra cante un himno de progreso,
no del sabor amargo de lo que se ha perdido.
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